Sidra

 La teoría del todo. Piensa en el universo, en todos los objetos en movimiento que transitan, en los seres animados que lo habitan, en ti, con tu pensamiento y entendimiento de singularidad independiente de lo demás; ahora imagina el mar, inmenso en comparación con lo que la mirada abarca en el cuarto de tu casa, ese mar está sujeto al influjo de la luna que provoca las mareas, está sometido a la climatología, a las condiciones ecológicas que en él tienen lugar, a su diversidad biológica; podemos percibir al océano como un concepto identitario pero también como un compuesto de millones de gotas de agua que a su vez se componen de partículas subatómicas en las que cada pizca del líquido se nos representa como una galaxia. Podemos intuir que el agua del océano se-toca-toda-ella, lo que implica que es-una-sola-cosa, pero a la vez, entendemos también que es un compuesto de elementos independientes. Una gota que moja la arena de la playa de Caión, en la unidad administrativa de Galicia, en lo que los humanos -gotas- han denominado como España, bisoño concepto intelectual con pretensiones coercitivas,  es el mismo océano -el mismo todo- cuya bruma desprende su orillar en las costas del Estado en que se encuentra el orfanato de St. Cloud (Buenas noches Príncipes de Maine, Reyes de Nueva Inglaterra). Todo es lo mismo y todo es diferente, depende de la lente, microscopio o telescopio y del extremo por el que un ojo se asome a lo que está al otro lado. No llores, en otro lugar o en otro tiempo ríes.