In the mood

 Había decidido romper la relación con el mundo y sus pobladores como única solución para conservar la añoranza bella del pasado; borroso archipiélago trenzado. 

Llegado un determinado momento, todos somos huérfanos, es un destino, demostración a una función del tiempo y su paso. 

El presente es una fantasía del pasado, siempre somos lo que arrastra la marea de lo que nos sucedió, de aquello a que fuimos expuestos, la espuma desaparece y el agua se hunde en la arena que se evapora al sol. En su mudanza la energía se transforma en compresión, su única tendencia, la ecuación del desorden, entender que nada está en su sitio porque el lugar pertenece a lo que vendrá. 

Pestañear eterno, cada vez un suspiro, nada puede ser a la vez y sin embargo todo es lo mismo. 

Solo cuando cambia se cierra el libro y su reflejo permanece imborrable, pero se olvidará, no me queda más memoria que recordar, no puedo desear tantos recuerdos que guardar. 

Su paso estará en el futuro de lo que será, siempre, nada se desecha, todo acumula, montañas de sedimentos vividos que soñados crecen en algún lugar. 

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