Hueco

El comunismo es una versión pudorosa del capitalismo. La vida es la despensa del futuro. La primera ley antimonopolio es la muerte, la puerta a lo siguiente. Nadie es insustituible, pero a pesar del parecido, todos somos irrepetibles. La solución final siempre estará en los que vendrán, mientras nosotros vamos gestionando el presente. El poder de la música radica en su capacidad de sincronizar, el ritmo grave del bajo y la percusión del tambor de la batería llaman a nuestro corazón a latir en la misma frecuencia y con él, a todos los que escuchan la misma melodía y por eso, su poder de comunicación es el de los dioses, pues recrea en la humanidad el compás uterino de la madre con su hijo. El ciclo del planeta con su astro y el de este con los otros, el engranaje universal del taller de la creación y de su reacción al caos.

Una gran ambición lleva aparejado un gran miedo. Un gran sentido del humor esconde un gran dolor. Una gran herida descubre una exposición temprana al mal. Anticipar lo maligno requiere capacidad de anticipación. Descubrir el talento innato es conocer la incapacidad de poder contenerlo, la lupa que entregará a los demás y congregará, llegado el momento oportuno, la mirada de los otros sobre él, esperando la solución a los problemas. En las altas capacidades, la autoconsciencia es el reconocimiento de la soledad. La próxima vez que alguien te haga sonreír piensa en su dolor, en que sabe que le será difícil esconderse.  El ansia por mejorar encierra la ambición que libera la reacción inversa, el detrimento en las condiciones de lo ajeno en beneficio del progreso; todo intercambio conlleva un letargo subyacente ancestral, el uso de la colonización como caballo de Troya que inocula una idea, huésped que inicia su agencia de mediación entre el orden y el caos venidero. 

Trasformar experiencia en valor. El recuerdo de mi pasado era como una foto a contraluz. La canción preferida que no recuerdo para tararear. El pasado y el futuro se parecen, el presente. El padre, el hijo y la madre; quizá también al revés. Mañana todavía no ha nacido y sin embargo ya está engendrado. Lo posterior es más joven pero más tarde. La ambición se abre paso entre el miedo. La carne más rica del pescado es la que se esconde tras las espinas. 

Necesitaba fijar su enorme capacidad de preocupación sobre algo distinto de él. Dado que era una persona perfeccionista, dedicó su empeño en convertirse en una persona fría, una serpiente alejada del vaivén de las emociones. Envejecer es un camino que le puede llevar a uno a sentirse dentro de la mayor obra de arte, la vida, la gran suerte de participar en su representación, cuando uno comprende, como Luis Mateo Díez, que lo menos interesante que te pasa a ti eres tú; de mayor casi conoces todo de ti, aunque te sorprenderás con que aún guardas algunos secretos, sobre todo agradables si practicas el arte de la paciencia; calla la boca, escucha y atiende. Respeta. Esto yo no lo sé por experiencia, sino porque me está pasando. Escribo porque no soy capaz de crear ni interpretar música, pero la escucho en todas partes. El olvido nos hace dejar de ser quienes somos. La personalidad es un puñado de recuerdos. A veces lleva toda una vida reconciliarse con la memoria. No siempre seremos presen

Una empresa es un mecanismo que facilita el intercambio de valor. Las transacciones son las sinapsis del sistema. Occidente languidece, la cultura viene latina, la juventud africana, la demografía de la India y el poder asiático.  Es primera hora de la mañana y la claridad empieza a flotar entre las plantas del balcón. Hace un año colocamos una tela que tapase los barrotes de la barandilla para proporcionar intimidad respecto al edificio de enfrente; es blanca y tupida, de hecho es fuerte. Las plantas se las han arreglado para desarrollar espinas con las que rasgarla. Parece que su deseo de seguir al sol puede con el denso gramaje, además las plantas se alzan buscando el borde superior de la barandilla, como cuellos de jirafa. El poder del sol, es el Dios que marca el ritmo de la vida vegetal, de la primera versión biológica. Dios ha muerto. Por la tarde espero ir a la piscina; al igual que ayer, cientos de personas nos dispondremos en tumbonas orientadas al sol, como las plantas de mi

Un joven me recrimina el gusto que tengo por el humor escatológico, en concreto por insertar la palabra pedo o su onomatopeya en una conversación que pretende observar y respetar las reglas de un código de seriedad.  El humor tiene el poder de igualar, como la muerte. El humor consiste en vencer las convenciones y mostrar que a pesar de las barreras culturales y socioeconómicas, a todos nos supera lo animal de nuestra existencia biológica. Por eso, ante un señor o señora híper educado, con una gran formación pulida y esculpida en grandes universidades y círculos sociales, a mi me hace gracia que algo tan sencillo como un exceso de gas que su esfínter se muestra incapaz de regular, produzca el inconfundible sonido cornetil de una ventosidad percutiendo el umbral de su ano.  El pedo indeseado nos iguala, como la muerte, de ahí su grandeza. 

“Qué puedo saber, qué puedo hacer, qué debo esperar.” Inmanuel Kant.  Al igual que tú, tengo derecho a tener derechos y los tuyos terminan donde empiezan los míos; la justicia es la frontera que separa unos de otros y es el lugar en que se comparten. El secreto de gestionar las expectativas, esto puede constituir un propósito, el objetivo es buscar un propósito para gestionar las expectativas en el tiempo, preferentemente a largo plazo.  “Curb your enthusiasm” Larry David.  Yo es copia e imitación, todos copiamos, la vida es un gran espejo; también somos filtros, a través de nosotros se filtran los restos del pasado, el presente es un lienzo. Somos el lápiz del futuro. En nuestros escritos vemos los restos que no se han colado, retenido, todo lo que no podemos decir a la cara. Los libros son un gran eufemismo, o al menos, uno muy largo. Al escribir, tratamos de contar la verdad de esa mentira que vivimos. Al escribir, definitivamente nos metimos a nosotros mismos. La verdad se ve, a ve

“A la gente interesante no tienes que demostrarle nada, lo ven todo por sí mismos.” Mathilde Favier Formaba parte de un mundo en el que la comunicación se ejercía por medio del burofax, necesitaba una reinterpetación del código en el que discurrían las conversaciones, una forma en que la precariedad no se manifestara en la soledad de una decisión; era el momento de buscar un amigo, alguien con quien charlar sin el imperativo de echar cuentas del dinero que nos estamos jugando. Me costaba acordarme del hilo argumental, supongo que sentía algo parecido a la interface de Google, empiezas a escribir algo en el hueco destinado a ello y el buscador hace como que no sabe lo que estás pensando, al igual que antaño los curas ponían cara de asombro después de la primera confesión.  Un reproche es un inicio válido, si se trabaja lo suficiente puede llegar a ser un rencor. Civilizaciones enteras han surgido de rencores y mal entendidos. ¿Acaso no puede uno interpretar su vida a partir del vacío qu

Llevamos en lo más adentro la necesidad y esperanza de curar y restituir, el ideal de equilibrar, que es la vida sin la muerte, retornar lo que se debe, el poder es pendular, la noche y el día giran la una en torno al otro y en cada vuelta alguien o algo indeterminado a través de sus dedos moldea ese hilo, la linealidad, hasta unir sus extremos y formar un círculo, la consciencia tiene dos lecturas, una subyacente escrita en el código que heredamos en cadenas de espirales y cuya lectura es interpretada y representada por los sentidos a modo de guion, la otra, la que aprendimos por la necesidad de contarnos historias que pudieran perdurar, los finitos aspiramos a la posteridad, que empezó con un trazo hecho en la tierra con una rama y su torrente hoy inicia la emancipación de sus padres, la inteligencia artificial, esta acude todavía a nosotros, como nosotros a esa partitura en escalera de caracol, al apuntador que da la nota para afinar, y la música comienza a sonar.  Se supone que viv

Llegamos al momento del paseo en que abordamos el inicio de la calle Barcelona, ante nosotros ese pórtico virtual que al ser traspasado te sitúa en otro país, el de latinos, subsaharianos y magrebíes a los que el primigenio reclamo cultural exportado a través de los tubos catódicos prometía la legítima expectativa de un sueño,  la homologación de sus vidas con occidente, su derecho a llenar la bolsa de basura con productos tos de Procter & Gamble y de envoltorios de ultraprocesados, el catecismo idólatra del templo dedicado a la E mayúscula combinada con series de números de tres dígitos; la formulación comestible de un alimento convertido en calorías vacías en el umbral inmediatamente anterior a la definición de veneno mortal a corto plazo, el prescriptor de enfermedades cardiovasculares, diabetes e hígado graso.  Según avanzas por la calle, los sentidos son arrebatados por olores, sonidos y visiones que invaden la frontera de tu intimidad en su intento de captar tu atención y en