Ai

 La solidez de una mentira se esconde tras la barrera que impide ser contrastada; tú. Nadie tiene acceso a tu pensamiento, nadie puede verificar dos versiones contradictorias; realidad cuántica. Lo que demuestra la evidencia de lo que no se corresponde con lo hechos es la postura inamovible con que expresas tu verdad. 

El mundo de los secretos termina cuando uno deja de pertenecer a los que juegan a ser aspirante; el resultado exigido no atañe a lo que serás en el futuro sino a lo que debes conseguir para otros con carácter inmediato. 

Uno se prepara, va aprendiendo, que es el ahorro de experiencias que se acumulan en eso que llamamos biografía, con objeto de tener utilidad en el futuro. El resultado se mide por la capacidad de operar una transformación que los otros identifiquen como deseable; la realidad es que la piedra filosofal consiste en hacer entender que ese cambio operado por ti es beneficioso, es el único posible por descarte de los demás inalcanzables. Si lo explicas con la suficiente seguridad verás operar la magia de la acción. 

Vivo en un artefacto ruso, ruleta y montaña a la vez. 

Represento delante de mi hermana el juego de conversar con ChatGPT y ella dice que esa AI es muy limitada, que es sencillo sintetizar desde un gran almacén de datos. Semanas después iTunes me entrega la selección de música semanal “Mix:favoritas”. La repaso  en un scroll y solo la combinación de títulos me sirve como un índice emocional. Decido dar al Play de “Over my Head” y revivo automáticamente: -¿Te gusta?. -Me encanta.