Culpa.

 Somos aquí y ahora, somos lo que sentimos, los sentidos perciben y los sentimientos proyectan, los sentidos se subliman en sentimientos. 

Sentimos el futuro ahora, eso es la consciencia, porque percibirse con respecto a lo demás implica la predicción de las consecuencias derivadas de las posibles relaciones con lo que te rodea. 

Las emociones son respuestas estándar del  cerebro a estímulos sensoriales, con un fin evolutivo de supervivencia. La consciencia proyectada elabora escenarios de mayor complejidad, la imaginación. 

Las emociones nos son proveídas intrínsecamente del bagaje evolutivo de la especie, la imaginación de lo que vendrá depende en gran medida de lo que nos ha pasado, del pasado, el nuestro, de lo oportunas que llegaron las herramientas con las que pudimos afrontar los retos a los que tuvimos que hacer frente, o a lo desnudos con que nos vimos arrojados a la intemperie. 

La música tiene el poder de alterar el estado de ánimo; cuando una melodía te toca notas el sarpullido de las notas al arañar el límite de la percepción controlada, la alteración mueve tu estado sin permiso de tus órganos sensoriales, la canción toma un atajo a tus deseos y estos te trasladan a un duermevela placentero.