Lana

Cada noche la vida reclama lo que es suyo, llama al día a su descanso, le dice a la muerte: tú eres porque y por qué yo nazco de ti todos los días, yo reposo todo lo que aprendí en la oscuridad de tu olvido. El tiempo existe y no existe a la vez, son los huecos, lo binario de nuestra obsesión. Somos intervalos y somos círculo. Somos salida y meta, fuimos y seremos. En sueños también somos fuera de nosotros, ahora redactamos consciencia, vigilia, pasado y futuro, fuimos y seremos el sueño en la noche, siempre reencarnación. Lo que es no se queja, sabe del mito que encierra, no mendiga, es feliz en su tranquila indiferencia, comprender que nada es diferente, no hay espacio en mí para un yo, y desde ahí disfrutar de la diferencia, de la diversidad en que el todo se manifiesta. La salud es austera, solo toma lo que necesita, debemos ir ligeros hasta la próxima toma, lo que es imprescindible volverá a nosotros, no se necesario recordar más. Deja el poder para otros, si hay unión en esto habrá justicia. El poder hermoso pasa inadvertido, como nosotros en la noche mientras dormimos. Lo que en realidad somos pasa sin que nos demos cuenta. La felicidad es austera. Porque no necesito nada lo tengo todo.

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