Infinitamente igual.

Resulta interesante conocer a una persona que convive con una característica muy evidente, como la belleza o la inteligencia, ver el efecto que esto a causado en ella y cómo ha moldeado su personalidad. 

Estas características consiguen que los demás gusten de estar en su compañía por lo que es cuestión de tiempo que interpreten al atributo como fuente de poder para influir en la voluntad ajena, sin caer en la realidad del asunto, que este poder no ha requerido ningún esfuerzo ni habilidad en especial pues ha sido recibido por el simple hecho de nacer, por lotería genética. 

Los personajes más interesantes son aquellos que una vez son conocedores de ese  poder reniegan de él. Por lo general eligen una existencia solitaria que dedican a cultivar aquellos intereses en los que se sienten realizados y que les ayudan a desarrollar el desempeño de la función que la vida les ha encomendado en su rol social. 

La verdad como concepto ha perdido el centro, como todo, la posverdad se mueve en rangos, es el efecto de la ciencia en el discurso común. 

La respuesta que la humanidad debe dar al discurso emocional debe ser pausada y desde el reposo intelectual; la cultura no es sino la transformación de energía cinética en dialéctica. 

El dinero iguala, es la confianza lo que distingue. 

Cuando en una relación comercial el cliente te compara con otros en términos de precio es que no estima tu valor. La confianza debería crear valor duradero. Si el propietario, que debe ser el mayor interesado en la creación y conservación de valor, descansó la confianza en ti, la sustitución de este por un administrador cuya primer cuestionamiento es si tú aportas valor, le convierte automáticamente, al cliente, en dinero, es decir, en algo intercambiable. La confianza tiene un doble sentido, de proveedor a cliente y viceversa. El proveedor invierte en una relación en la confianza de que esta sea duradera. Cuando el cliente incumple, se rompe la confianza. Hay más clientes, y más dinero, en otros sitios. 

Contexto cuántico; saltos aparentemente inconexos pero que construyen una narración de apariencia compleja pero seminal.

El verdadero humilde es camaleón. La humildad y la compasión son invisibles. Su invisibilidad es cegadora. Soy el candil que porta la luz. De noche mis ascuas guardan el calor para la llama que vendrá.

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