Lo peor de disponer de verdadera libertad es que no puedes fantasear con todas las maravillosas cosas que harías cuando no dispones de ella. La libertad lleva al caos con el que poder renovar el sueño de perseguirla. La libertad es un azucarillo que se disuelve en la vacuidad del nihilismo. La única viabilidad de vivir en verdadera libertad es la quietud de la meditación. Esconder la llave de la libertad que la humanidad nos entregó, la que abrió la puerta de la animalidad y nos dio entrada en la toma de consciencia, enterrar esa llave por medio de la meditación al momento presente, al igual que hacían nuestros ancestros en el momento previo a romper el eslabón perdido en el curso de la evolución. El motor del mundo no es ni el amor, ni el miedo ni el hambre. Lo que mueve todo es el deseo y la ignorancia. La vida siempre es autobiográfica, la vida siempre es absurda. La vida siempre es hermosa.
En su marchitar resistía. Dado que lo importante regresa, supongo que aguantar lo es. En lo más cruento de la batalla el correo sigue llegando. Es un signo de existencia de la vida e implícitamente de amor. El maestro es quien escoge lo que existe. Una vez enseñada, la naturaleza de las cosas adquiere un significado nuevo, subjetivo. Conoceréis la realidad, todos. Su personalidad se había convertido en la punta del iceberg. Ya solo era el polo opuesto del imán. Conocer tantos entresijos le había convertido en río, y era caudaloso. La manera en que era eficaz implicaba daños colaterales, su habilidad era que estos afectaran solo a las partes adecuadas. Como todas las personas realmente peligrosas, te frenaba con su desaprobación bendecida en una sonrisa. Al final resultó ser solo hielo que flotaba en la superficie del mar, metáforas mal raídas a versos, una realidad que al poder ser evitada consistía en ser mentira. El mago basa...
¿A quién pertenece una vida? ¿Cuál es es el estándar que establece las condiciones mínimas sobre las que una vida debe imperativamente ser vivida? Por lo general, el derecho a una muerte asistida, lo que vine siendo un suicidio legal, arrebatar a la naturaleza la decisión de qué grado de decrepitud de nuestro organismo es el suficiente para que nosotros optemos por sustituirla y elegir el nivel de capacidad óptimo y, por ello subjetivo, con el que seguir ejerciendo sus funciones metabólicas y, en definitiva, continuar sujeto al devenir del libre albedrío de la entropía, como decía, ese derecho a la muerte asistida se empieza a atribuir en la legislación a esos héroes de la cotidianidad a los que el infortunio les situó en el tiempo y lugar en que un accidente los tomó como actores principales. Cuando los herederos de su legado biográfico les recuerdan, lo hacen por medio de un panegírico en el que justifican que la muerte asistida era la única vía posible para aquellos cu...
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