El poder de lo que afecta.

El que ama con rectitud no debe desear ser amado a cambio. 

El miedo y la esperanza son el canto de una moneda cuyas caras son la violencia y la fe. 

Todo tiene su propio camino cuyo curso se altera al coincidir con el de otros en el entorno infinito que es uno de los cosmos encerrados en la diosa naturaleza que es en sí.

En la morada virtuosa, los que bajo el juicio moral son considerados enemigos, comparten el resultado de su siembra, lo mismo que les ocurre a aquellos que conviven tras el umbral viciado. 

Debes esperar que lo futuro no es como lo esperas. Siempre hay eventos cuyo suceso es independiente de tu voluntad, cuando te enfrenten formúlate las preguntas del sabio de Regimonte. El miedo previo o coetáneo no los solucionará. 

Uno no elige sus errores imprevistos, por más que los signos de toda tu trayectoria te señalen pues la responsabilidad es función de la causalidad; dios no juega a los dados, la naturaleza se narra en sí con un nivel de detalle tan infinitamente pequeño que hace imposible distinguir las fronteras que separen si acaso existiesen sus partes, salvo por convenciones intelectuales humanas.  

En realidad, el rey no escogió su corona de espinas, aspiraba a una vida de rosas pero su tallo es así. 

Si los miedos son nuestros enemigos vivamos cerca de ellos. 

¿A qué tienes miedo?

Al igual que la razón no es rival frente a la pasión y hay que convertir la razón en una pasión, para desprenderse del miedo uno debe apasionarse por perseguir la valentía.

La sociedad es el teatro de la contratransferencia.

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