Kindred

En la época en que nuestro universo conocido tenía la edad de 14.000 millones de años, la humanidad se preguntaba por su sentido. 

Millones de años después, en un universo más grande y frío, los planetas en los que la vida se había desarrollado asistían a los estertores del espacio tiempo del que habían sido parte. Los humanos y equivalentes, aquellos seres vivos dotados de consciencia con tendencia a la divagación, seguían presos de la pulsión por transmitir el gen a una nueva generación. Pero en este tiempo y en este espacio ya resultaría inviable. 

Por ello, con la tecnología disponible, solo quedaba una posible salida: el gran reseteo. 

La supervivencia del universo tal y como lo conocemos debía pasar por su muerte prematura forzando su total contracción, absorbido por la energía oscura que lo rodeaba y así provocar su renacer a través del big bang. 

A partir de ahí, la nueva historia es de todos conocida. 

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