Cluedo

Vivimos obsesionados por las consecuencias de nuestros actos del pasado; el presente es una gran estación de paso, constantemente llegan trenes a los que subir que nos llevarán a destinos del presente alternativos, reacciones que ni crean ni destruyen, transforman; somos el observador que mira el paisaje de los recuerdos a través de la ventana. El presente recorre un viaje de ida y vuelta: en la vigilia va recolectando experiencias, explorando coordenadas de extremos de la vanguardia, y por la noche, en la soledad del sueño, nuestro organismo siembra su muestra en el gen como abstracción que sintetiza la evolución desarrollada desde el Big Bang. Al igual que el agua en la pendiente se abre paso y crea un curso, llega un momento en que aparecen las palabras y las frases crean el embudo por el que se filtra el relato de la experiencia; si las matemáticas son la expresión teórica del universo, las letras son el código a través del que se expresa el alma. La respuesta de si hay vida tras la muerte es intrascendente, la vida es ahora y prueba de ello es que tú la estás leyendo. Te recuerdo de nuevo que, para todos y cada uno de los seres que habitan ahora, el presente es infinito; tú eres parte de algo infinito y eso te hace inmortal. Las urgencias son vergonzosas, dejan ver el desequilibrio de quien pierde la paciencia. 
Uno puede ser inmensamente rico sin pagar ningún tributo, solo necesita guardar su tesoro dentro de si. Cuando quiere convertir ese valor por algo intercambiable en sociedad, por poder, por visibilidad, en ese momento los ojos se vuelven hacia él y reclaman su parte del pastel. 

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