Seguir preguntando.
Encuentro mi hogar en una melodía.
Ahora mi corazón tiene dedos.
Somos siempre apariencia, nunca somos yo, somos la apariencia de la voluntad de ser.
¿Qué soy, quiénes sois, qué es todo? ¿Acaso importa saberlo?
Aplicando mi corazón al recuerdo de lo que sentí ante las experiencias que moldearon mi carácter creo figurar aquello de lo que estoy hecho; las respuestas a las preguntas importantes que me han sido formuladas.
Con esa misma mirada me presento y trato de aplicar la sabiduría de la atención.
Existe una ruta que explora territorios inexplorados, siempre se muestra ante ti, ni siquiera es necesario el movimiento.
Los ojos del explorador te enseñan historias escondidas en cada gesto, en cada manera de andar, en la disposición de las cosas que los seres administran alrededor de sí.
Como el hambre, la sed y el sueño, todo lo que realmente importa, porque es necesario, volverá a ti, dale tiempo.
El silencio es el mayor narrador.
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